Vos y tus excusas comparten casa, cama y el mate...
Se conocen tanto, que ya ni se saludan al enfrentarse al espejo cada mañana. Las Excusas, esos bichos de viejas costumbres, todos los días te hablan al oído, " Dejá para mañana...", " ¿Quién te crees que sos?...", " Las cosas son como son y punto...". Y vos, muchas veces, elegís creerles. Tu calendario se va llenando, días en que las excusas te robaron por goleada. Días que se fueron así, calladitos, sin mucha pena ni gloria; mientras una vez más, guardas todo en el cajón de las cosas para después. Pero también, dentro tuyo, está ese Vos Rebelde, ese que muy de vez en cuando asoma, ese que un día elige plantarse, ese que dice " Hoy no me la contás...". Ese que sabe que la vida es corta y las excusas, eternas y reiteradas. En este partido del día a día, que jugamos con nosotros mismos, no hay árbitro ni público. Nadie lleva el marcador, de las veces que las excusas te metieron un gol o de las veces que vos las mandaste a la mierda. Al ...
